Un detective acusa de amenazas a los dirigentes sindicales de Cespa y Nostián

El denunciante sostiene que cuando los presidentes de los comités de empresa se percataron de que los seguía, lo intimidaron y le mostraron una pistola en el centro comercial de Elviña
Los presidentes de los comités de empresa de Cespa y Nostián, Miguel Ángel Sánchez y José Manuel Vilariño, se sentaron ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de Instrucción número 4 de A Coruña por presuntamente amenazar y mostrarle una pistola a un detective privado que los seguía. El investigador se negó durante el juicio a desvelar la identidad de la empresa o persona que lo había contratado, pero en las declaraciones que prestó ante la policía aseguró que trabajaba para Cespa.

Sánchez declaró que, además de ser empleados de las concesionarias de recogida de basura y de tratamiento de residuos de la ciudad, conducen vehículos del centro penitenciario de Teixeiro en los que trasladan a reclusos. Los imputados afirmaron que enseguida detectaron la presencia del detective porque por su trabajo habían asistido a unos cursos de autovigilancia impartidos por la Guardia Civil. En cuanto los representantes de los trabajadores percibieron que los seguían, alertaron a la Guardia Civil, que comprobó que uno de los apellidos de la persona que los molestaba era Otegui. Los agentes, entonces, desplegaron durante varios días un dispositivo de vigilancia especial, en el que también participaron helicópteros, porque estaban convencidos de que la persecución de Sánchez y Vilariño estaba relacionada con el terrorismo, ya que un familiar de Arnaldo Otegui está interno en el centro penitenciario de Teixeiro. Finalmente, la Guardia Civil descubrió que se trataba de un detective privado que nada tenía que ver con Otegui.

Tras las investigaciones policiales, los acusados descubrieron la identidad del vigilante, quien asegura que lo intimidaron sobre las 18.30 horas del 5 de noviembre de 2008 en el interior de una tienda de ropa del centro comercial de Elviña. "Primero se dirigieron a mí y me preguntaron que si era detective privado. Les dije que no los conocía y que no tenía por qué contestarles, entonces, Miguel Ángel me dijo que sabía dónde vivía y que tenía mujer e hijos y que se la iba a pagar. Vilariño me dijo que me quedase con su cara", relató el detective durante el juicio. El hombre también aseguró que Sánchez abrió su cazadora y le mostró un arma. "Era una pistola. Le vi la culata", insistió.



El presidente de la Central Sindical de los Trabajadores de Limpieza (STL) de Cespa dijo que se encontró con el vigilante "casualmente" y reconoció que se dirigió a él para preguntarle si era detective. "No lo amenacé ni le mostré un arma", afirmó Sánchez, quien admitió ante una pregunta que le formuló el magistrado que tiene licencia "de arma larga".

Vilariño, que pertenece a la Confederación Intersindical Galega (CIG) también negó que hubiese intimidado a la persona que lo seguía. Los dos presidentes de los comités de empresa destacaron en el juicio que no estaban de baja en el momento en el que fueron vigilados por el detective.

El representante del Ministerio fiscal no ejerció acusación en este caso y el letrado de los acusados, Joaquín de la Vega, solicitó su libre absolución. De la Vega, que mantuvo un enfrentamiento dialéctico con el magistrado del Juzgado de Instrucción número 4, insistió en que ninguno de los testigos que declararon en la vista oral observaron que Sánchez mostrase una pistola al denunciante ni escucharon que sus clientes profiriesen amenazas. El abogado también destacó que ninguno de los presidentes de los comités de empresa estaban de baja laboral.

Una empleada de la tienda en la que sucedieron los hechos dijo que los representantes de los trabajadores "increparon" al detective, pero negó haber visto que lo amenazasen con un arma. Un compañero de trabajo del vigilante declaró que un empleado de Cespa, al que conocía de su pueblo, lo telefoneó para decirle que se habían reunido los miembros del comité de empresa y que le habían dicho que un detective había estado siguiendo a algunos trabajadores. "Me llamó porque estaba preocupado porque estaba de baja y me dijo que tenían al detective controlado y que lo habían amenazado con una pistola y que le habían dado un puñetazo", contó el hombre. El empleado de Cespa que supuestamente telefoneó al detective negó haberle contado que habían amenazado al otro vigilante. "No le comenté ningún incidente. Sólo lo llamé por el tema de la baja", aseguró.

TANIA SUÁREZ | A CORUÑA

Un juicio por amenazas desvela que la concesionaria de la limpieza pudo usar un detective para vigilar a sus empleados

Un juicio por amenazas que se celebró ayer en un juzgado coruñés ha desvelado que la empresa Cespa, perteneciente al grupo Ferrovial y concesionaria de la limpieza urbana en A Coruña, contrató los servicios de una agencia de detectives. Por lo que se pudo escuchar en la audiencia pública, y por una denuncia ante la Policía Nacional, el trabajo de los investigadores privados sería vigilar a determinados trabajadores de la empresa por distintos motivos.

Aunque el caso no tiene la trascendencia política del que se ha descubierto en la Comunidad de Madrid, sí puede tener consecuencias, dado que Cespa ejerce una concesión otorgada por el Ayuntamiento de A Coruña y entre sus cometidos no figura la contratación de detectives.

Ayer, la vista que se despachó en el Juzgado de Instrucción número 3 de A Coruña correspondía a unas supuestas amenazas al detective Juan Agustín Otegui Méndez. Este denunció que Miguel Ángel Sánchez Fuentes, presidente del comité de empresa de Cespa, y José Manuel Vilariño García, presidente del comité de Albada, la empresa que gestiona la planta de basuras coruñesa, lo abordaron en un centro comercial y lo amenazaron, mostrándole incluso una pistola, al haber detectado que Juan Agustín estaba vigilando a Sánchez Fuentes.

Pistola

Según declaró el detective, Sánchez Fuentes y Vilariño lo siguieron hasta una tienda del centro comercial de Elviña, que está cerca de su agencia, y, dentro de una tienda, le dijeron que «se las iba a pagar». Sánchez abrió su cazadora mostrando lo que parecía ser la culata de una pistola, añadiendo: «Sé donde vives y que tienes mujer y un hijo».

Sánchez y Vilariño, que están asistidos por el abogado Joaquín de la Vega, afirmaron en el juicio que no siguieron al detective, sino que se lo encontraron casualmente. Negaron además las amenazas, afirmando que se limitaron a preguntarle si era detective. Pero la vista deparaba una sorpresa: ambos, presidentes de comités de dos empresas que llevan concesiones municipales, son pluriempleados. También trabajan para Instituciones Penitenciarias, transportando reclusos hasta la cárcel de Teixeiro. Por ello, están instruidos en métodos de autovigilancia y pueden recabar la ayuda de la Guardia Civil. Sánchez Fuentes aseguró que el servicio de información del instituto armado había detectado que un vehículo, el del detective, lo estaba siguiendo.

Explicación

En el fondo, surge la pregunta clave: ¿para qué contrató Cespa el servicio de una agencia de detectives? La Voz recabó ayer una explicación por parte de sus responsables en A Coruña, pero no hubo respuesta. Sin embargo, según consta en la denuncia policial que interpuso el detective, los trabajadores habían mantenido una reunión con el comité en la que se manifestó que la agencia estaba investigando a los empleados que se hallan de baja laboral, con la supuesta intención de descubrir que los motivos de esta son falsos. Pero Miguel Ángel Sánchez no está de baja, así que las causas del seguimiento serían otras.

¿Cuáles? Solo los implicados pueden saberlo, pero cualquiera puede hacer sus deducciones si conoce los antecedentes de conflictividad laboral en la concesionaria de la limpieza. El año pasado, el comité convocó movilizaciones y los trabajadores estuvieron a punto de iniciar una huelga que dejaría miles de kilos de basura en las calles de A Coruña. El paro se desconvocó tras un acuerdo que incluyó subidas salariales. Posteriormente, el comité interpuso otras acciones por supuestas infracciones a la normativa sobre el vestuario de trabajo e incluso por acoso sexual a una empleada.

...

Debiera, hay muchas armas negras en el mercado. Y mucha gente, por lo general, las guarda en sus domicilios, pero en este caso la porta. Simplemente por un error legal, si una persona porta un arma y no tiene licencia es un delito grave de tenencia de armas y por lo tanto carcel irremediablemente. Este señor tiene licencia de caza, si le descubren con una pistola (aun sin ser registrada) se procede a una incautación de la misma y sanción administrativa. Osea, igual que si no tienes licencia. Media mafia tiene la licencia F o de caza, para justificar su tenencia o para no pisar cárcel si se les incauta.

Puede también tratarse de una réplica de pistola de las que se venden en todas partes. Si sólo enseña la culata pues aún se distinguen menos de las reales.

Me inclino más por esa opción, pero bueno, vete a saber.

Detectives y sindicatos nunca han casado bien. Creo que ese es uno de los motivos por los que no existe (ni existirá) un convenio colectivo de la profesión.

...

flanagan escribió:es una lastima que sea inevitable que estas cosas te pillen desprevenido. Si el detective hubiera llevado una micro o por lo menos un grabador de audio tendria al menos una referencia incuestionable de en que terminos se produjo la conversacion...

Nadie lo piensa hasta que le pasa, luego se le olvida y le vuelve a pasar.