Con la crisis han aumentado en un 500% los hurtos en supermercados
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Con la crisis han aumentado en un 500% los hurtos en supermercados
El presidente de la agencia de investigación Cabanach analiza la labor de la seguridad privada en Balears
Mucho ha llovido desde que, en 1970, el padre de Juan Carlos Cabanach comenzara a trabajar como detective privado en Palma en un pequeño despacho. Hoy en día, su hijo Juan Carlos dirige desde sus oficinas de Jaime III la mayor empresa de investigación privada de Balears, con 130 empleados y los más avanzados medios técnicos.
-¿Cuáles son los casos más frecuentes que trabaja hoy en día un detective?
-Las infidelidades son un clásico, pero con la crisis se ha notado una variación en el tipo de casos que entran en el despacho. Hay un incremento importante en fraudes a compañías aseguradoras, que van desde hundir un barco a quemar una nave industrial, hasta simular un accidente de tráfico para cobrar un subsidio por días de baja. También tenemos mucho trabajo de violencia de género, maltrato psíquico y físico. Y temas de abusos a menores por parte de personas relacionadas con el menor en el ámbito familiar o próximo. Todo esto se hace con tecnología, como instalar cámaras ocultas con la autorización de los padres. Otro tema que se trata mucho es la investigación genética, como pruebas de paternidad, investigación para formular demandas de paternidad. La típica persona que tiene dudas de quién es su padre. Para poner una demanda de paternidad es básico tener un principio de prueba, no se puede solicitar alegremente a cualquiera. Aquí entra el trabajo del detective, para confirmar que efectivamente existe una posible relación.
-¿Quién les contrata en estos casos?
-Normalmente, quien más requiere estos servicios no es el hijo, sino la madre de ese hijo, que quiere confirmar que es hijo es fulanito de tal. Por lo general a quienes se investiga suelen ser personas con importantes recursos económicos.
-Antes comentaba que la crisis se había notado en sus encargos.
-Sobre todo para investigar robos, pequeños hurtos, deslealtades dentro de empresas, lo que es fraude interno. Esto se nota especialmente en tiempos de crisis, porque es una época en la que se reducen gastos, se suprimen horas extras, se congelan salarios y propinas. Y lo cierto es que todo esto se traduce en que los índices de fraudes a la propia empresa crecen.
-¿Cómo son las personas que cometen estos delitos?
-Es un delincuente que no es delincuente. Nosotros llevamos cuestiones de seguridad de grandes superficies. Y estamos analizando una casuística de estos delincuentes que no son habituales. Hay amas de casa, personas en paro... Son personas que roban un kilo de arroz o un litro de aceite. Todo motivado por la situación económica actual. Siempre han existido pequeños grupos organizados, o de menores que iban a los supermercados y sustraían una botella de whisky, o las cuchillas de afeitar, que siempre ha sido el artículo estrella en estos hurtos, porque son muy caras y ocupan poco sitio. Te viene alguien y te roba cinco o seis y en cinco minutos las puede revender. Esto siempre ha existido, pero en la actualidad se ha incrementado muchísimo.
-O sea, que la crisis ha provocado un aumento de los hurtos en supermercados.
-El fraude en grandes superficies se ha incrementado un 500% en los últimos meses. Esto se denomina técnicamente "pérdida desconocida". Todas las grandes superficies en sus cuentas de resultados tienen una partida para "pérdida desconocida". Mientras esté dentro de unos baremos es asumible y se contempla en las cuentas igual que el gasto de luz o personal. Pero cuando se dispara de esta manera puede provocar problemas. Y se está dando la circunstancia de que cada vez más supermercados medianos, no ya grandes superficies, ponen vigilantes de seguridad para intentar evitarlo. Otra situación que se está viviendo son robos violentos en esos mismos lugares. Hay un incremento de violencia importante.
-La mala situación económica se traduce en un aumento de trabajo para ustedes.
-En general hay un incremento de trabajo para todas las agencias. La crisis nos afecta a todos de alguna manera. El trabajo puede ser a veces más violento, más duro, como temas de desahucios, impagos o morosos. El trabajo es más desagradable que en tiempos de bonanza, cuando puedes seleccionar más los casos.
-¿Ha cambiado mucho la profesión desde que su padre abrió la agencia?
-Mi padre empezó en el año 70. Al principio trabajaba solo. Tenía un despacho de 30 metros, un cochecito y el lo hacía todo. Al principio no tenía ni secretaria. Era un elemento raro, mal visto y perseguido por la Policía... Eran tiempos de Franco y el gobernador te podía cerrar el despacho por nada. Eran épocas que tenían la Policía detrás. Hoy el detective tiene una relación prácticamente diaria con las Fuerzas de Seguridad del Estado, con las que colaboramos, y en algunas ocasiones les facilitamos mucha ayuda, técnica y profesional. Actualmente gozamos un prestigio y en general tenemos buena relación con Policía y Guardia Civil.
-Hábleme de sus clientes. ¿Cómo son?
-El perfil es variopinto, sobre todo en una agencia generalista como somos nosotros, que tenemos diferentes grupos y tocamos todo. Desde el cliente que igual utiliza nuestros servicios una vez en la vida, por un caso familiar. Desde problemas de drogas con drogas de un hijo o la ludopatía del abuelo o una infidelidad. Buenos clientes de las agencias de detectives son los despachos de abogados, cuando necesitan buscar pruebas o datos. También las compañías hoteleras, desde el tema de seguridad al fraude interno. Luego las mutuas de accidentes de trabajo para la investigación de posibles simulaciones. Se trabaja también para grupos inmobiliarios, que por ejemplo tienen una propiedad alquilada para un fin concreto y se encuentran con que se usa para otro. Un caso claro sería la instalación de un burdel en un piso. Un motivo para rescindir ese contrato sería ese uso inadecuado a la propiedad. ¿Y quién te aporta esas pruebas? Se necesita un testigo profesional, que es el detective.
-Un trabajo duro, este.
-A veces, pero otras puede ser hasta divertido. Para estos casos se presentan todos voluntarios.
-¿Qué medios técnicos utilizan?
-Todos los imaginables y algunos inimaginables. Podemos controlar vehículos mediante GPS, con un pequeño aparatito instalado en los bajos del coche como una lapa, que aguanta tres días y te da las coordenadas GPS con un margen de error muy pequeño.
-Con esto se pueden evitar hacer un seguimiento físico.
-No. El seguimiento físico siempre se tiene que hacer. El problema de los detectives es cuando te fías al cien por cien de la tecnología, que al final te traiciona. Tenga en cuenta que hay zonas sin cobertura, como sótanos o túneles. Tiene sus limitaciones, pero te ayuda muchísimo. No es lo mismo tener que ir con el coche inmediatamente detrás que ir a cinco coches de distancia.
-¿Con qué otros medios cuentan?
-Hay micrófonos de todo tipo. Ya no tienes que estar en la mesa de al lado en la cafetería para saber de qué están hablando. Puedes estar a cincuenta metros y oírles perfectamente. Con el tema de cámaras lo mismo. Tenemos unas cámaras que graban a ocho kilómetros de distancia. Esto va muy bien para el tema de medio ambiente, como canteras ilegales. Cada vez más utilizamos helicópteros y avionetas para tomar fotos aéreas, en temas urbanísticos y medioambientales. Luego tenemos micrófonos que podemos ocultar casi en cualquier sitio. Por eso tenemos un técnico especializado que se encarga sólo de estos aparatitos.
-¿Y como se puede evitar ser vigilado?
-Los detectives trabajamos mucho en la contravigilancia, como en la detección de micrófonos o su inhibición. Lo primero que hacemos es un análisis exhaustivo de la situación, con recomendaciones como la adquisición de destructores de papel. Porque la gente se preocupa de no tener el teléfono pinchado y tiran las bolsas de basura con toda la documentación íntegra, y es increíble la cantidad de documentos que puedes coger del contenedor. Desde eso, hasta el control de los ordenadores, verificar que no están siendo utilizados por otras personas. Hasta la revisión de líneas telefónicas y detección de micrófonos. Y luego, una vez analizado el entorno, hay sitios donde se recomienda la instalación de inhibidores. De manera que no puedan escucharnos con un micrófonos. Hacemos muchas asesorías de este tipo a organismos públicos y privados.
-¿Trabaja mucho para el sector público?
-En el sector público cada vez toman más medidas e intentan hacer las cosas mejor, porque hay muchos interese en juego.
-O sea, que tienen muchos políticos como clientes.
-Sí, los despachos de detectives tenemos clientes políticos. Y muchos no a título particular, sino en ocasiones en representación de sus organismos.
-¿Y normalmente están justificados esos controles o es más bien paranoia?
-Mmmmm... No se crea. El panorama político está bastante movido y quien más quien menos está preocupado, con fugas de información de los propios partidos y sospechas de topos. Y muchas veces la solución es tan simple como destruir los documentos antes de tirarlos al contenedor. Por eso, ¿quién es el mejor asesor en protección de tu información? Pues una persona que sabe obtener información, que sabe la medida y la contramedida. Y un detective privado debe ser apolítico y objetivo. Puedes trabajar para un partido o para otro, o para ninguno, pero no solemos tener colores políticos.
XAVIER PERIS. PALMA.
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Mucho ha llovido desde que, en 1970, el padre de Juan Carlos Cabanach comenzara a trabajar como detective privado en Palma en un pequeño despacho. Hoy en día, su hijo Juan Carlos dirige desde sus oficinas de Jaime III la mayor empresa de investigación privada de Balears, con 130 empleados y los más avanzados medios técnicos.
-¿Cuáles son los casos más frecuentes que trabaja hoy en día un detective?
-Las infidelidades son un clásico, pero con la crisis se ha notado una variación en el tipo de casos que entran en el despacho. Hay un incremento importante en fraudes a compañías aseguradoras, que van desde hundir un barco a quemar una nave industrial, hasta simular un accidente de tráfico para cobrar un subsidio por días de baja. También tenemos mucho trabajo de violencia de género, maltrato psíquico y físico. Y temas de abusos a menores por parte de personas relacionadas con el menor en el ámbito familiar o próximo. Todo esto se hace con tecnología, como instalar cámaras ocultas con la autorización de los padres. Otro tema que se trata mucho es la investigación genética, como pruebas de paternidad, investigación para formular demandas de paternidad. La típica persona que tiene dudas de quién es su padre. Para poner una demanda de paternidad es básico tener un principio de prueba, no se puede solicitar alegremente a cualquiera. Aquí entra el trabajo del detective, para confirmar que efectivamente existe una posible relación.
-¿Quién les contrata en estos casos?
-Normalmente, quien más requiere estos servicios no es el hijo, sino la madre de ese hijo, que quiere confirmar que es hijo es fulanito de tal. Por lo general a quienes se investiga suelen ser personas con importantes recursos económicos.
-Antes comentaba que la crisis se había notado en sus encargos.
-Sobre todo para investigar robos, pequeños hurtos, deslealtades dentro de empresas, lo que es fraude interno. Esto se nota especialmente en tiempos de crisis, porque es una época en la que se reducen gastos, se suprimen horas extras, se congelan salarios y propinas. Y lo cierto es que todo esto se traduce en que los índices de fraudes a la propia empresa crecen.
-¿Cómo son las personas que cometen estos delitos?
-Es un delincuente que no es delincuente. Nosotros llevamos cuestiones de seguridad de grandes superficies. Y estamos analizando una casuística de estos delincuentes que no son habituales. Hay amas de casa, personas en paro... Son personas que roban un kilo de arroz o un litro de aceite. Todo motivado por la situación económica actual. Siempre han existido pequeños grupos organizados, o de menores que iban a los supermercados y sustraían una botella de whisky, o las cuchillas de afeitar, que siempre ha sido el artículo estrella en estos hurtos, porque son muy caras y ocupan poco sitio. Te viene alguien y te roba cinco o seis y en cinco minutos las puede revender. Esto siempre ha existido, pero en la actualidad se ha incrementado muchísimo.
-O sea, que la crisis ha provocado un aumento de los hurtos en supermercados.
-El fraude en grandes superficies se ha incrementado un 500% en los últimos meses. Esto se denomina técnicamente "pérdida desconocida". Todas las grandes superficies en sus cuentas de resultados tienen una partida para "pérdida desconocida". Mientras esté dentro de unos baremos es asumible y se contempla en las cuentas igual que el gasto de luz o personal. Pero cuando se dispara de esta manera puede provocar problemas. Y se está dando la circunstancia de que cada vez más supermercados medianos, no ya grandes superficies, ponen vigilantes de seguridad para intentar evitarlo. Otra situación que se está viviendo son robos violentos en esos mismos lugares. Hay un incremento de violencia importante.
-La mala situación económica se traduce en un aumento de trabajo para ustedes.
-En general hay un incremento de trabajo para todas las agencias. La crisis nos afecta a todos de alguna manera. El trabajo puede ser a veces más violento, más duro, como temas de desahucios, impagos o morosos. El trabajo es más desagradable que en tiempos de bonanza, cuando puedes seleccionar más los casos.
-¿Ha cambiado mucho la profesión desde que su padre abrió la agencia?
-Mi padre empezó en el año 70. Al principio trabajaba solo. Tenía un despacho de 30 metros, un cochecito y el lo hacía todo. Al principio no tenía ni secretaria. Era un elemento raro, mal visto y perseguido por la Policía... Eran tiempos de Franco y el gobernador te podía cerrar el despacho por nada. Eran épocas que tenían la Policía detrás. Hoy el detective tiene una relación prácticamente diaria con las Fuerzas de Seguridad del Estado, con las que colaboramos, y en algunas ocasiones les facilitamos mucha ayuda, técnica y profesional. Actualmente gozamos un prestigio y en general tenemos buena relación con Policía y Guardia Civil.
-Hábleme de sus clientes. ¿Cómo son?
-El perfil es variopinto, sobre todo en una agencia generalista como somos nosotros, que tenemos diferentes grupos y tocamos todo. Desde el cliente que igual utiliza nuestros servicios una vez en la vida, por un caso familiar. Desde problemas de drogas con drogas de un hijo o la ludopatía del abuelo o una infidelidad. Buenos clientes de las agencias de detectives son los despachos de abogados, cuando necesitan buscar pruebas o datos. También las compañías hoteleras, desde el tema de seguridad al fraude interno. Luego las mutuas de accidentes de trabajo para la investigación de posibles simulaciones. Se trabaja también para grupos inmobiliarios, que por ejemplo tienen una propiedad alquilada para un fin concreto y se encuentran con que se usa para otro. Un caso claro sería la instalación de un burdel en un piso. Un motivo para rescindir ese contrato sería ese uso inadecuado a la propiedad. ¿Y quién te aporta esas pruebas? Se necesita un testigo profesional, que es el detective.
-Un trabajo duro, este.
-A veces, pero otras puede ser hasta divertido. Para estos casos se presentan todos voluntarios.
-¿Qué medios técnicos utilizan?
-Todos los imaginables y algunos inimaginables. Podemos controlar vehículos mediante GPS, con un pequeño aparatito instalado en los bajos del coche como una lapa, que aguanta tres días y te da las coordenadas GPS con un margen de error muy pequeño.
-Con esto se pueden evitar hacer un seguimiento físico.
-No. El seguimiento físico siempre se tiene que hacer. El problema de los detectives es cuando te fías al cien por cien de la tecnología, que al final te traiciona. Tenga en cuenta que hay zonas sin cobertura, como sótanos o túneles. Tiene sus limitaciones, pero te ayuda muchísimo. No es lo mismo tener que ir con el coche inmediatamente detrás que ir a cinco coches de distancia.
-¿Con qué otros medios cuentan?
-Hay micrófonos de todo tipo. Ya no tienes que estar en la mesa de al lado en la cafetería para saber de qué están hablando. Puedes estar a cincuenta metros y oírles perfectamente. Con el tema de cámaras lo mismo. Tenemos unas cámaras que graban a ocho kilómetros de distancia. Esto va muy bien para el tema de medio ambiente, como canteras ilegales. Cada vez más utilizamos helicópteros y avionetas para tomar fotos aéreas, en temas urbanísticos y medioambientales. Luego tenemos micrófonos que podemos ocultar casi en cualquier sitio. Por eso tenemos un técnico especializado que se encarga sólo de estos aparatitos.
-¿Y como se puede evitar ser vigilado?
-Los detectives trabajamos mucho en la contravigilancia, como en la detección de micrófonos o su inhibición. Lo primero que hacemos es un análisis exhaustivo de la situación, con recomendaciones como la adquisición de destructores de papel. Porque la gente se preocupa de no tener el teléfono pinchado y tiran las bolsas de basura con toda la documentación íntegra, y es increíble la cantidad de documentos que puedes coger del contenedor. Desde eso, hasta el control de los ordenadores, verificar que no están siendo utilizados por otras personas. Hasta la revisión de líneas telefónicas y detección de micrófonos. Y luego, una vez analizado el entorno, hay sitios donde se recomienda la instalación de inhibidores. De manera que no puedan escucharnos con un micrófonos. Hacemos muchas asesorías de este tipo a organismos públicos y privados.
-¿Trabaja mucho para el sector público?
-En el sector público cada vez toman más medidas e intentan hacer las cosas mejor, porque hay muchos interese en juego.
-O sea, que tienen muchos políticos como clientes.
-Sí, los despachos de detectives tenemos clientes políticos. Y muchos no a título particular, sino en ocasiones en representación de sus organismos.
-¿Y normalmente están justificados esos controles o es más bien paranoia?
-Mmmmm... No se crea. El panorama político está bastante movido y quien más quien menos está preocupado, con fugas de información de los propios partidos y sospechas de topos. Y muchas veces la solución es tan simple como destruir los documentos antes de tirarlos al contenedor. Por eso, ¿quién es el mejor asesor en protección de tu información? Pues una persona que sabe obtener información, que sabe la medida y la contramedida. Y un detective privado debe ser apolítico y objetivo. Puedes trabajar para un partido o para otro, o para ninguno, pero no solemos tener colores políticos.
XAVIER PERIS. PALMA.
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