Los padres duplican los encargos a detectives privados para espiar a sus hijos

Las solicitudes para vigilar a adolescentes pasan del 8 al 15% en el último año

Las agencias de detectives privados de la provincia de Alacant han detectado en el último año un aumento significativo en la demanda de servicios de seguimiento a adolescentes solicitados por sus padres, fundamentalmente para verificar las sospechas de los progenitores sobre un posible consumo de drogas de los hijos o para conocer en qué ambiente se mueven estos, según ha señalado María Elena Miralles Martínez, vicepresidenta del Colegio Oficial de Detectives Privados de la Comunitat Valenciana y delegada en Alacant.

Miralles apunta que este tipo de servicios representaba hace un año entre un 8 y un 10% de las investigaciones de las agencias y en la actualidad se sitúa en un 15% de la actividad global, por lo que «la demanda casi se ha duplicado y creemos que la tendencia irá al alza».
Esto supone, en términos generales, que cada agencia puede atender de promedio unos 80 casos anuales de este tipo, de las alrededor de 600 investigaciones que realiza al año. El grueso de la actividad de los detectives privados lo conforma el seguimiento de las bajas laborales de trabajadores que reclaman las mutuas y empresas, pero dentro de la actividad solicitada por particulares la vigilancia a adolescentes es de las más abundantes, siempre por detrás de las infidelidades matrimoniales.
La delegada del Colegio en Alacant -con 36 agencias colegiadas en la provincia- apunta que éste es un tipo de investigación que piden los padres «aunque no hayan detectado nada extraño, por miedo a que tomen drogas, o porque sospechan que consumen si han notado un comportamiento distinto, cambios de humor, apatía o dejadez en los estudios o un gasto de dinero no acorde a su ritmo de vida», a lo que añade que los progenitores «también quieren saber en qué ambiente se mueven sus hijos, por dónde van o quiénes son sus amigos».Los chavales investigados son chicos y chicas, indistintamente, de 15 a 22 años de edad, aunque muchos de los casos son menores. La petición de seguimiento la suelen realizar el padre y la madre de forma conjunta y, en general, las sospechas iniciales de los padres se acaban confirmando, «aunque también hay sorpresas agradables, como en el caso de un chico que se gastaba el dinero que le daban sus padres antes de tiempo y era porque el chico tenía una novia a la que le pagaba todo».Elena Miralles, también detective, señala que los padres acuden a una agencia de profesionales muchas veces sin disponer de pruebas, guiados por una intuición y, normalmente, sin haber preguntado antes a los hijos sobre lo que sospechan, «en general, no se atreven a preguntar y suele haber una diferencia generacional muy grande». En otros casos, los progenitores repiten en la petición de servicios una vez transcurrido un tiempo, «sobre todo en casos en los que el hijo ha estado en tratamiento de desintoxicación, por ejemplo, y han querido comprobar si continúan sin consumir drogas», señala la representante del colectivo.

Detectan alcohol, hachís y cocaína

Respecto de las sustancias que normalmente se detectan en las investigaciones éstas suelen ser hachís o marihuana, alcohol y cocaína. La detección de pastillas es más complicada y el seguimiento de estos adolescentes suele realizarse tras largas esperas en lugares públicos, muchos aparcamientos, y utilizando imágenes que sirvan de prueba, a veces a través de microcámaras.