Los detectives privados ‘florecen’ en China

Conseguir información sobre la solvencia de una empresa en China es cosa de "sabuesos"



En el sexto piso de un céntrico edificio de Chengdu, la capital de la provincia occidental china de Sichuan, una joven secretaria responde al timbrazo abriendo lentamente la puerta desde dentro de una oficina. Comprueba que no hay peligro inminente y, a continuación, hace lo propio con la verja metálica corredera que está cerrada con llave. En el interior, encerrados a cal y canto, una decena de personas escucha las directrices del jefe en una sencilla sala de reuniones. Tanto misterio tiene su explicación: ese habitáculo en la sede de Chengdu Sherlock Holmes, una de las agencias de detectives privados más famosas de China.

Aunque en todo el país existen unas diez agencias similares, es la única de su clase en todo Chengdu, una ciudad de 12 millones de habitantes. “Hay muchas agencias de gestión de cobros, pero nosotros ofrecemos a nuestros clientes todos los servicios: desde cobro de morosos a infidelidades conyugales pasando por evidencias para juicios legales o servicios a empresas”, explica Zhang Long Yun, director y accionista de la agencia. El florecimiento de este tipo de negocios en China, que prácticamente bordean la ilegalidad, pone sobre el tapete la complejidad del entorno empresarial que existe en el país asiático.

“Recibimos a unos 100 clientes al año. Muchos casos son sobre asuntos económicos y empresariales. Por ejemplo, tenemos que averiguar si una empresa determinad es solvente, si los empleados que se pasan a la competencia venden información privilegiada o buscamos evidencias sobre la fabricación y comercialización de productos falsificados y copias”, asegura el empresario. Este negocio es creciente en China como consecuencia de las debilidades del sistema: apenas existe información sobre solvencia en bases de datos, el sistema jurídico es casi siempre ineficaz en la práctica y el engaño está muy extendido.

Limbo legal
Además, con la explosión económica del gigante asiático las relaciones empresariales se han multiplicado a la misma velocidad que los litigios. Como tantas otras cosas en China, esta actividad se encuentra en el habitual limbo legal: es el Estado quien se reserva exclusivamente el poder para investigar a los ciudadanos, pero estas agencias complementan dicha función prestando y ofreciendo servicios personalizados. Otras veces, empresas como Adidas, Chanel o Gucci, para luchar contra la violación de los derechos de propiedad intelectual recurren a bufetes de abogados como Baker & McKenzie, que a su vez subcontratan la investigación.

Con todo, muchas agencias como Chengdu Sherlock Holmes se originaron en China por razones mucho más personales. “Cuando empezamos, los casos de infidelidad conyugal eran los más habituales”, recuerda Zhang Long Yu.