Un detective para la empresa

A los detectives privados no les falta el trabajo. Al contrario de lo que ocurría años atrás, ya no se dedican sólo a destapar infidelidades o a revelar a los padres el comportamiento dudoso de sus hijos. Las empresas son sus principales clientes y sus encargos, averiguar la solvencia de otra compañía, la existencia de competencia desleal, confirmar si un trabajador ha vendido información confidencial, si está realmente incapacitado temporalmente y -lo que más crece- corroborar la seguridad digital. Y es que en España también actúan los hackers. La picaresca es amplia.

Un despacho de detectives acostumbra a tener departamentos especializados en temas jurídicos, nuevas tecnologías y seguridad, además de diversos colaboradores.

En España hay 2.300 licencias de detectives y unas 400 agencias. Las mayores facturan entre 1,2 y 4 millones de euros anuales y las medianas entre 450.000 y 600.000 euros. El 90% de la investigación se relaciona con el ámbito laboral, empresarial y económico.

Un caso habitual se da cuando un empleado crea una empresa paralela beneficiándose de las estructuras de la compañía para la que trabaja o se dedica a vender información a la competencia. "Una empresa debe investigar por qué bajan sus ventas. A veces no tiene en cuenta que puede ser víctima de una fuga de información y, por consiguiente, de clientes", explica David Díaz, de la agencia DDL.

Varios gabinetes explican que este verano se ha repetido el caso en el que un trabajador está formalmente de baja y el detective lo encuentra trabajando en algún lugar de la costa, sacándose un sobresueldo. "Antes cogían la baja y se iban al cine. Ahora lo hacen para lograr otra fuente de ingresos y mantener a la familia", explica a Público la agencia Winterman, una de las más importantes del país.
Servicios por hora o contrato

El detective, que en España debe contar con estudios cursados en las facultades de Derecho, redacta un informe con los resultados de sus pesquisas y, en un juicio, puede ser citado a declarar como perito. Sus conclusiones y las pruebas que pueda aportar -fotos y vídeos- tienen validez en el proceso.

Un detective puede cobrar entre 50 y 60 euros por hora y entre 70 y 90 si trabaja en día festivo o por la noche. Aunque las grandes empresas realizan presupuestos por caso, cuyo tiempo medio de resolución suele ser entre 10 y 15 días.
En crisis, otro tipo de casos

Son tiempos de crisis y el sector lo ha notado. Desde el mes de mayo el volumen de encargos de las empresas, que recortan gastos, han descendido, explica el presidente de la Asociación Profesional de Detectives Privados de España (APDPE), Julio Gútiez.

Los encargos también son diferentes, y se centran ahora en temas referentes a impagos, para conocer, por ejemplo, el estado de las cuentas de la empresa con la que se va a trabajar, para estar seguros de que pagará.

Un peligro del detective es que, en vez de investigar para detectar un delito, acabe siendo parte de una trama de una empresa que quiere realizar uno. "Un detective no debe espiar. Sí hacer contraespionaje", explica Gútiez, que añade que normalmente el profesional se da rápidamente cuenta de lo que ocurre.

Barcelona es la cuna de la investigación privada. Según la APDPE, el detective privado español es el mejor formado de la Unión Europea, puesto que en ningún otro lugar se han desarrollado estudios universitarios específicos ni existe normativa legal que regule como aquí sus funciones.

Aún así, la asociación denuncia que faltan detectives en las zonas de España donde no se cursa su enseñanza. La vigilancia no uniformada también forma parte de las tareas de un detective, pero "no hay personal para cubrirla", lamenta Gútiez. Por ello, la APDPEse propone reclamar que la legislación recoja una nueva figura más preparada que un vigilante, pero sin los estudios del detective para cubrir este servicio.
Entre 3.000 y 5.000 casos

En una operación de compra o fusión, el informe del detective avala si existe conflictividad entre trabajadores o el grado de absentismo laboral, que "preocupa mucho a las empresas anglosajonas", explica Josep María Vilamajó, presidente de Winterman. Esta agencia de detectives, implantada en las principales ciudades, atiende cada año entre 3.000 y 5.000 casos, y puede contar con unos 150 detectives en momentos de máximo trabajo.

Un 5% de sus servicios está contratado por empresas extranjeras. Una multinacional que planifica con tiempo el cierre de una empresa suele encargar un estudio de riesgos, en el que el detective incluye si hay peligro de radicalización sindical o de incidentes, entre otras cosas. En el mes de septiembre, "acostumbran a repetirse los incendios en empresas que no marchan bien". Según el gabinete, los provocan los mismos empresarios que, arruinados, quieren deshacerse de forma fácil de los trabajadores sin pagar indemnización. Las familias también fuerzan el cerrojo y simulan el robo de joyas para cobrar el seguro. "El incremento del fraude en los próximos años será de un 30%", augura el presidentede Winterman.

Enlace: El Público