Detectives del incivismo

Espías, agentes camufados, calígrafos... la lucha conta contra el incivismo tiene métodos cada vez más sofisticados

Hace tres años que Barcelona estrenó la ordenanza municipal de civismo, destinada a perseguir y sancionar las conductas insolidarias e irrespetuosas para garantizar la buena convivencia de los ciudadanos. La política se extendió a otros ayuntamientos del área metropolitana, que elaboraron sus propias ordenanzas contra el incivismo y endurecieron las multas para combatir este tipo de fenómenos cada vez más arraigados en las poblaciones urbanas. Pero la lucha no se ha detenido aquí y hay ayuntamientos que han echado mano de técnicas ciertamente curiosas, más propias de los CSI.

Es bien sabido que algunos consistorios han recurrido al método de espiar en las bolsas de la basura para buscar documentos personales con los que identificar y poder sancionar a los ciudadanos que no reciclan convenientemente sus residuos. El caso más reciente, detectado en Sant Sadurní hace un par de meses, levantó una tormenta política y abrió un debate sobre la supuesta legalidad de dicha práctica.

Pero en Tarragona van a crear ahora otro tipo de detectives de la basura. El Consistorio ha anunciado que agentes de la Guardia Urbana de paisano pasearán por las calles de la ciudad para cazar a aquellos ciudadanos que saquen las basuras fuera del horario establecido - a partir de las ocho de la tarde-y que serán castigados con multas de entre 751 y 1.500 euros, dependiendo de la gravedad y la reincidencia. Igualmente, los guardias camuflados de paisano - que algunos en la ciudad ya han bautizado como agentes anti-cacas-perseguirán a los ciudadanos que no recojan los excrementos de sus perros, a los que podrán sancionar con 150 euros de multa.

En Sabadell también han ido más allá para combatir otro tipo de práctica incívica, la de los grafitis o tags (firmas en fachadas, muros, paredes o mobiliario público) no autorizados. La policía municipal ha puesto en marcha una experiencia bautizada operación Taca, que consiste en el análisis caligráfico de las pintadas para poder relacionar a los autores y así poder aumentar el grado de la acusación para que no queden como faltas aisladas sino como delitos continuados y daños a la propiedad. Siempre y cuando, eso sí, se pille in fraganti al infractor para que el perito caligráfico pueda comparar las pintadas y atribuirle la autoría de otras acciones en otros puntos de la ciudad. En Sabadell ya se ha imputado a cuatro personas por este presunto tipo de delito, que están pendientes de juicio.

Espías, detectives, forenses caligráficos..., la lucha contra el incivismo ha desarrollado una especialidad municipal que cada vez requiere de métodos coercitivos más sofisticados. Pero la tolerancia cero, aunque necesaria, no está reñida con una política más pedagógica, con las campañas de concienciación, una mayor responsabilidad familiar, la educación en las escuelas, la búsqueda de salidas para los jóvenes o la construcción de un modelo turístico que no haga sentir a los ciudadanos extraños en su propia ciudad... Con perseguir y sancionar no basta.

Ketty Calatayud | 13/03/2009 | Actualizada a las 03:31h